Montreux, junio de
1990
Querida Irena,
Hacer
Live Aid es uno de los grandes logros de mi carrera y definitivamente me encantaría
poder ser parte de este gran proyecto que planeas y junto a la banda poder
darle un poco de felicidad a los niños.
Sé
que anteriormente te mencioné lo genial que estaba mi salud, pero eso fue un
intento de usar la ironía de mi parte. La verdad es que mi estado de salud se
ha visto deteriorado con el pasar de los días. Bien dijo alguna vez Abraham
Lincoln “puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar algunos
todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo”. Sé bien
que muchos ya sospechan de mi estado de salud, pero aun así es algo que no he
querido hacer público todavía. Por lo que desearía que lo manejaras como si de un
secreto de Estado se tratase, ya que sería como abrir la caja de Pandora si de
aquí saliera lo que acabo de afirmar.
En la
primera propuesta que te rechacé, mencioné que podrías comunicarte con alguno
de mis amigos que aman hacer obras de caridad, como David Bowie o Elton John. Esto
lo traigo a colación porque si bien no quisiera rechazar del todo tu propuesta,
sé que no me encuentro en condiciones de poder asistir; y con Brian, John y Roger,
junto con parte de nuestro equipo, hemos decidido no realizar actos que puedan
levantar las sospechas de mi situación. En cambio, me ofrezco a ayudarte a armar
el concierto que quieres hacer y puedo hablar con distintos personajes de la
escena actual para que formen parte de él.
Lamento
no poder aceptar tu propuesta, pero espero que mi ayuda sirva para compensar y
poder, de alguna forma u otra, llevarle un momento diferente a los niños que
con mucho esfuerzo cuidas, y para, aunque mínimamente sea, facilitar un poco el
trabajo tan grandioso que haces.
Te saluda, con cariño,
Freddie Mercury
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