Este es un relato que va dirigido por los diálogos en él, pues, la historia empieza sin mucho contexto, hablando de dos hombres que llegan a un restaurante; dada a la actitud que poseen dichos hombres, se podría pensar que solo son dos bravucones, pero, como se mencionó anteriormente, los diálogos nos llevan a notar que detrás de la llegada de estos dos hombres hay un por qué.
La
narración que hace el escritor en esta historia es muy poca, y aun así esta hace
sentir al lector la incertidumbre como si fuera una tercera persona que
presencia lo que sucede dentro del restaurante y como si estuviese pronto a ser
una de las victimas, creando la incógnita de que decidirán hacer los sicarios
con los personajes.
Es
un cuento corto, pero en el se encuentran un inicio, desarrollo y final que
mantiene al lector cautivado e incluso, que podrían mantenerlo interesado en la
historia si esta continuara.
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